El exceso de actividades, olvidar hacer los registros o gastar y después anotar son razones que suelen impedir llevar un presupuesto de manera organizada. Sin embargo, hay ciertos tips que te ayudarán a superarlos.
1. Establecé un objetivo e importancia:
Siempre se dice que un presupuesto ayuda a organizar las finanzas, pero no siempre se está convencido de ello. Este es quizás el principal obstáculo ya que, si una persona comienza a llevarlo, pero no lo utiliza como una herramienta de toma de decisiones, entonces no tendrá mucho sentido. Fijar un objetivo como, por ejemplo, reducir los gastos hormiga (aquellos que se realizan de manera cotidiana sin darnos cuenta) o comenzar a ahorrar puede ayudar a que el presupuesto adquiera más importancia dentro de las finanzas. Si te guiás por un objetivo que es importante para vos esto te motivará.
2. Formá el hábito y ayudate con la tecnología:
Existen muchas aplicaciones en el mercado, que son gratuitas y muy amigables para que lleves el registro de tus gastos. Esto ayuda a quienes les cuesta llevar la disciplina de hacerlo ya que incluyen categorías y datos para que solo registres. Tomate un momento para aprovechar la tecnología y desde tu celular o tableta comenzá a formarte el hábito.
3. Tomá decisiones y ve resultados:
En la medida que vas registrando la información ve analizándola para tomar decisiones. Controlar tus gastos requiere que primero te des cuenta en dónde y cómo colocas tu dinero. Esto, además de orientar tu objetivo te ayuda a darle un uso al presupuesto.
4. Hacelo sencillo:
Para comenzar el ejercicio es importante que lo hagas sencillo, que no te compliques demasiado y registres primero, tus ingresos y egresos. Si realizás un ejercicio complejo que requiera mucho tiempo y que además no sea fácil de registrar seguramente lo dejarás de lado.
5. Se realista:
Cuando quieras reducir un gasto o alcanzar una meta, se realista tanto en el tiempo en que la quieres alcanzar como en el monto. Cuando no se hace esto, las personas muchas veces se frustran porque no alcanzan sus metas. Por ejemplo, si querés reducir algún gasto como la compra de tu café diario buscá que sea primero 3 veces a la semana y posteriormente 2 hasta llegar a uno o tal vez, ninguno.